Pasar de la cuna a la cama es un momento clave en todos los bebés, señala el inicio de la infancia. Sin embargo, no todos los bebes evolucionan y crecen igual. Algunos quieren saltar cuanto antes a la cama, mientras otros se siguen escondiendo tras los barrotes de su cuna.
¿Cómo saber cuál es el lecho perfecto para mi hijo según la edad? ¿Cómo facilitarle el paso de cuna a cama?
Te contamos esto y mucho más en las siguientes líneas.
Hasta que edad duermen en la cuna
Desde que nacen, los bebes crecen a una velocidad vertiginosa, sus cambios alimenticios y de sueño varían mes a mes. Es por eso que también su lecho debe cambiar con ellos.
Normalmente, en torno a los dos años es cuando pasan de cuna a cama, momento en el que el bebé deja de ser considerado como tal y se le empieza a llamar niño. Sin embargo, también se han visto casos en el que la cuna es usada hasta los cuatro años. Todo depende de:
- Tamaño del niño.
- Su dependencia a los padres o la cuna.
- Su nivel de curiosidad.
- Cuan independiente es.
Aun así, no podemos comprar cualquier cuna, Según la edad de nuestro retoño tendremos que pensar en sus necesidades de descanso para que tenga una vida feliz y saludable desde que nace hasta que abraza la cama.
Recién nacidos: minicuna o cuna
La llegada de un nuevo bebé se traduce en nuevos objetos, entre ellos una minicuna. Como su nombre indica se trata de una cuna más pequeña, adaptada a las dimensiones y necesidades que tendrá un recién nacido hasta los 6 meses.
Las minicunas son muy útiles para revisar cómo está el bebé, ya que el colchón queda a pocos centímetros de los bordes, pero con una suficiente diferencia para que el bebé no se caiga, por lo que estará seguro y a la mano de los padres en cualquier momento.
Hay que tener en cuenta que existen distintos tamaños de minicunas, así que es recomendable pensar detenidamente cuál conviene más.
Si quieres llevarte tu hijo o hija a tu cuarto o tenerlo cerca mientras haces algunas labores en el hogar, puedes usar un moisés, de esta manera lo podrás transportar con facilidad, estará cerca de ti en todo momento y será muy cómodo para los dos.
Cunas: de 6 meses a…
A partir de esta edad, el bebé empieza a dormir en algo parecido a su futura cama: la cuna. Al igual que las minicunas hay distintas dimensiones de cuna dependiendo del tamaño y a la velocidad a la que crezca.
¿Y si prefiero usar solo la cuna? No hay problema. Algunos padres prácticos se saltan la etapa de la minicuna y pasan directamente a la cuna desde el nacimiento.
Una de las ventajas de las cunas es que al existir distintos tamaños y al estar hechas de materiales resistentes, un bebé la puede usar desde los primeros meses hasta que tiene entre 5 y 6 años, ya que muchas son capaces de aguantar hasta 20 kilos. Para mayor seguridad mejor preguntar antes de adquirirla.
Por último, si se está planificando un viaje, que el descanso del bebé no sea un impedimento: ahora hay cunas de viaje que se pliegan con facilidad, son ligeras, transportables y no ocupan mucho espacio.
Cambio de cuna a cama consejos
Como se ha mencionado, el cambio de cuna a cama se puede hacer a distintas edades, pero lo más usual es alrededor de los dos años, ya que el niño ha ganado suficiente independencia para descansar solo.
El cambio de cuna a cama suele ser un clave en su desarrollo, un paso para la autonomía y como tal, para que los niños no lo asocien emociones negativas, hay que hacerlo de forma gradual.
- Primero hay que acostumbrarlo a dormir sin la presencia de los padres, para eso es aconsejable sacar la cuna del dormitorio de los padres.
- Si esto ya se ha hecho, se puede proceder a la compra del primer juego de sabanas. Y que vuestro hijo o hija participe en el proceso de decisión: cuáles sabanas, de qué color, cómo son las almohadas, etc.
- Insistirle que debe sentirse orgulloso de dormir en una cama porque significa que se está volviendo mayor.
- Si al principio le cuesta que vaya de poco a poco. Primero alguna siesta en su cama, luego durante algunos fines de semanas. Al final se acostumbrará.
Descansar es importante para la salud, y en el caso de un bebé todavía más ya que de esas ocho horas dependerá su crecimiento y desarrollo en un adulto feliz y sano.