Comentarios como “mi hijo no quiere comer nada de lo que le pongo en el plato” o “mi bebé comía muy bien y ahora no quiere comer” son comunes en los padres durante los primeros mese de vida.
En los primeros meses no había problema, tu hijo tomaba lo que le proporcionabas, fuera leche materna o no. Tú única preocupación era contar con la comida suficiente para llenar ese insaciable apetito.
Sin embargo, al pasar a la alimentación complementaria, todo cambió. Tú bebé comenzó a mostrar agrado por unas comidas y repulsión por otras. A veces llega hasta tal punto que es imposible lograr que se coma lo que tiene en el plato, haciendo que pierdas la paciencia y te desesperes por si estará alimentándose correctamente.
Si te sientes identificada o identificado con el siguiente relato, no te aflijas, en Doña Coletas, te vamos a dar 5 consejos sencillos para que la hora de la comida vuelva a ser agradable.
Qué hacer si mi bebé no quiere comer
La dieta de los hijos es motivo de angustia para los padres, por eso, cuando deciden no comer empieza la desesperación y los miedos. Antes de caer en eso, recuerda que tu bebé está creciendo y en continuo cambio, por lo que antes de sacar conclusiones deberías fijarte en ciertos aspectos.
Investiga la causa
¿Es solo un tipo de alimento el que rechaza o los rechaza todos? ¿Cuándo empezaste la dieta complementaria tenía un gran apetito y ahora come solo algunos trozos? ¿Rechaza la leche materna también? Es importante responder a todas estas preguntas para saber si es un simple capricho o se trata de algo más serio.
También puede ser que antes de la comida ingiera gran cantidad de líquidos, por lo que llega a la mesa sin mucho apetito. Evita esto con una taza con asas, ya que con su boquilla contralarás perfectamente lo que consume tu bebé a la par que fomentas su autonomía.
Puede que los pedazos que le sirves sean muy grandes
Al empezar con la alimentación complementaria, tenemos que vigilar el tamaño de las porciones que les damos, no solo para evitar una asfixia, sino también para que la comida no se le haga difícil de manejar en la boca.
Otra cuestión importante es que escuches a tu bebé. Como todos hay días que tenemos menos hambre, nos sentimos cansados o enfermos y queremos ingerir menos alimentos. No lo presiones y si ese día pide leche, dásela. A fin de cuentas, sigue siendo la base de su alimentación.
Fomenta su independencia
La llegada de la comida complementaria suele ir aparejada del estreno de la trona de bebés.
Un gran momento.
Y con esto el camino que lo conducirá a comer por su cuenta.
Alimentarse de manera independiente requiere de una gran coordinación y fuerza, por esta razón no lo conseguirá en las primeras semanas. No obstante, podemos ayudar a nuestro bebé comprándole su propia cuchara y tenedor.
Asegúrate que la comida esté picada en trozos muy pequeños, para que él solo se tenga que encargar de trincharlos y llevárselos a la boca.
Si tu hijo o hija asimila que el acto de comer de forma independientes es de mayores querrá imitarlo y se acostumbrará a comer y probar nuevos sabores.
A los 12 meses las reglas cambian
Cuando el bebé cumple el primer año de edad todo cambia. Cada vez es más independiente: aparece el gateo y los primeros pasos. Tiene ganas de explorar el nuevo mundo que se abre ante él.
En ese es lo que gasta las energías. Nunca está quieto y según su visión, tendrá muchas cosas más interesantes que hacer que sentarse a comer.
En esta etapa también se reduce la velocidad de crecimiento, por lo que tampoco esperes que observar los mismos cambios en peso y tamaño que los primeros meses.
Eso sí, procura que coma suficiente hierro, ya que, en esta fase, las reservas de este componente empiezan a mermar rápidamente y podría sufrir de anemia.
No recurras a promesas o distracciones
No forzarle a comer verdura no implica que se sustituya con dulce. Ni mucho menos. Siempre es recomendable tener alternativas por si tu hijo se aferra a no comer, pero la alternativa tiene que ser igual de sana.
Tampoco es aconsejable que intentes convencerlo mediante trucos o premios, es decir: “si te comes esta verdura habrá postre, sino no”. Este tipo de medidas dejan a los niños con la sensación de que lo que están comiendo es tan malo que su hazaña merece un premio.
Tú hijo debe comer a gusto y disfrutar lo que ingiere. Seguro que hay verduras, pescado y carnes que le gustan. Solo hay que descubrirlas.
Bonus: da ejemplo
Los niños no aprenden por palabras, sino por hechos. Si tu hijo o hija ve que la hora de la comida es divertida y placentera, al final lo disfrutará.
Y no olvides darle de comer lo mismo que tú comes. Si se da cuenta que te alimentas con otra cosa se sentirá excluido y preferirá lo que tú tienes en el plato.
Al final esta es una fase por la que pasan todos los padres. No te preocupes, ten paciencia y disfruta el crecimiento de tu retoño.