Ha sido un día movido, tu bebé y tú os habéis divertido mucho: habéis jugado y habéis aprendido.
Ahora ha llegado la hora de dormir, tu pequeñín no para de bostezar, así que lo cojes en brazos y lo llevas a la cama, pero cuando lo depositas en su cuna se repite la misma situación que ayer y antes de ayer: “mi bebé tiene sueño, pero no se duerme”.
¿Qué está pasando aquí?
No te angusties, este es un momento por el que pasan muchos padres y madres. Tanto primerizos como experimentados. Además, esta fase de rebeldía no significa necesariamente que tu bebé está enfermo, es probable que sea parte de su desarrollo normal.
¿A qué nos referimos?
Por qué mi bebe no duerme
Puede haber muchos motivos por los que un bebé no duerma en la noche, más allá de una infección o enfermedad.
- Siestas diurnas muy largas: es cierto que el bebé necesita dormir más que los adultos, por lo que es importante que haga siestas. Sin embargo, dormir en exceso durante el día alterará sus ritmos de sueño y llegará a la cuna sin tantas ganas de descansar.
- Crecimiento: los bebés crecen muy rápido, es decir, dan “estirones”, y estos requieren de mucha energía y descanso, pero también pueden ser incomodos y hasta dolorosos como cuando salen los dientes.
- Mala posturas: colocar un bebé parece fácil. Sin embargo, no lo es, por lo que si lo ponemos en una postura incomoda y es muy pequeño, no sabrá darse la vuelta y sufrirá. En consecuencia, le costará más dormirse.
- Cólicos: si un bebé tiene cólicos será imposible dormirlo. Así de sencillo y tendrás que poner solución a este problema.
- Cambios en la alimentación o el entorno: si has empezado a enseñarle a dormir solo, es normal que tu bebé muestre cierta resistencia a dormirse. A fin de cuentas, este proceso le crea cierta inseguridad, ya que te sentirá más distante a esa hora en concreto.
- Berrinche: si tu bebé ya ha alcanzado el año de edad, estará más despierto, con más energía y con ganas de explorar, por lo que no querrá irse a dormir, aunque tenga sueño. ¿A quién le gustaría irse a la cama si acaba de descubrir lo grande y curioso que es el mundo?
- Está nervioso: puede que sea por carácter o porque hay algo en el ambiente que lo estrese. Sea como sea, un bebé nervioso le costará más y dormirá peor que uno tranquilo. A nosotros, como adultos, también nos pasa.
Como ves, muchas veces la reticencia a dormir de los bebés tiene que ver más con su propio desarrollo que con un problema de salud. Sin embargo, entendemos que tú, como papa o mamá, necesites tiempo para ti y descansar.
Así que te enseñaremos unos trucos para que el paso a la cuna sea lo más suave posible, tanto para tu bebé como para ti.
Cómo poner a dormir a un bebé
Afortunadamente hay muchas maneras para poner a dormir a un bebé. Solo tienes que ser disciplinado y paciente para establecer una rutina. Los resultados vendrán con el tiempo:
1. Sigue una rutina tranquila para ir a la cuna
Nada de sobre estimulaciones antes de irse a dormir. Evita las pantallas del móvil o del televisor al menos 30 minutos antes de meterlo en la cuna. Sino seguirá activo aun cuando sea hora de dormirse.
2. Haz que la hora de dormir sea divertida
Léele un cuento, cántale, arrúllalo o mécelo. Lo que le guste más. De esta manera asociará la cuna con algo relajante y placentero. De esta manera el mismo te pedirá ir a la cuna.
3. Sigue sus ritmos de vigilia
Sí es un bebé de acostarse más tarde, no lo fuerces a dormirse temprano, ya que estás yendo en contra de sus patrones naturales, y allí es muy difícil ganar. Puedes acostumbrarlo a ir una media hora o una hora más temprano, pero más allá será casi imposible resultados.
4. Llévalo a la cuna cuando este somnoliento
Una forma de poner a dormir a un bebé es trasladarlo a la cuna cuando empieza a estar somnoliento, pero aún no se ha quedado dormido. Esto lo ayudará asociar la cuna con el descanso placentero. Si lo llevas antes, y sin una rutina agradable lo sentirá como una imposición y no hará caso.
5. Permite que se acomode y ofrécele el chupete
Como todos, el bebé necesita cierto tiempo para encontrar una posición cómoda y dormirse. Si ves que pasado un tiempo no la consigue y sigue llorando, considera ofrecerle su chupete favorito.
Los chupetes relajan a los bebés porque permiten su mordisqueo y succión, lo que les alivia en el caso de estarle saliendo los dientes.
6. Escoge un colchón cómodo
Todo el mundo duerme bien si el colchón se adapta a ti.
Por eso tienes que contar con un colchón preparado para tu bebé. Algunos de los mejores colchones pueden regular la temperatura lo cual te ayudará enormemente a dormirlo, pues si está cómodo se relajará.
Cómo dormir a un bebé nervioso
Dormir a un bebé nervioso es un proceso que llevará un poco más de trabajo. Tal vez tengas que iniciarlo antes e incluir más acciones en tu rutina.
Sin embargo, todo habrá valido la pena cuando lo veas profundamente dormido.
- Agótalo: si tu hijo o hija tiene mucha energía, probablemente lo que necesite es gastarla. Juega más con tu bebé, propón juegos más intensos o, si ya es un poco mayor, acude con él a clases de natación o cualquier otra actividad deportiva. Esto hará que use su energía en varias actividades mientras aprende y, al final del día, estará feliz, relajado y cansado.
- Utiliza una cuna colecho: el colecho es una técnica y una cuna que se pega a la cama de los padres. Permite al bebé dormir junto a los adultos, pero siempre manteniendo su especio. Es la solución ideal si tu pequeño aún no está listo para separarse.
- Dale un baño caliente y un masaje antes de dormir: introduce en la rutina elementos que lo ayuden a relajarse. Un buen baño a una buena temperatura y un masaje libera, los músculos y tranquiliza hasta a el más estresado. Para ayudarlo a que se relaje todavía más puedes bañarlo en su propio cuarto con un mueble bañera para que asocie su habitación a la relajación.
- Investiga la causa del nerviosismo: puede que su estrés provenga de ruidos fuertes o luces molestas. Es posible que tu bebé sea más sensible a ciertos estímulos, por lo que descubrirlos y eliminarlos rebajará enormemente su tensión y facilitará el sueño.